¿Cuál es el problema?
Nuestro océano necesita nuestra ayuda. Las subvenciones a la pesca que entregan los gobiernos están empujando a la industria pesquera a pescar cada vez más, distorsionando el mercado y perjudicando directamente a las comunidades pesqueras locales.
La pesca artesanal y en pequeña escala emplea el 90% de todos los pescadores, pero las subvenciones financian de manera desproporcionada a las grandes empresas. Por ejemplo, alrededor del 78% del total de las subvenciones a la pesca en América Latina se destina a flotas industriales, no a operaciones en pequeña escala. Las subvenciones perjudiciales la pesca, estimadas en más de USD 22 mil millones al año a nivel global, reducen artificialmente los costos de pesca. Las flotas industriales pueden hacer viajes más largos, navegando más lejos para capturar más y más peces, agotando las poblaciones más rápido de lo que pueden recuperarse.
A largo plazo, gasolina más barata y redes gratuitas no ayudarán a nadie; la situación actual amenaza la seguridad alimentaria y los medios de vida a largo plazo en todo el mundo. Más de 820 millones de personas dependen de la pesca y la acuicultura para su alimentación, nutrición e ingresos. Y a medida que crece nuestra población, también crece la demanda.
No vamos en la dirección correcta: la proporción de poblaciones sobreexplotadas se ha triplicado desde la década de 1970. Mientras tanto, aunque abordar las subvenciones perjudiciales a la pesca ha estado en la agenda de la Organización Mundial del Comercio durante veinte años, los líderes aún no han llegado a un acuerdo.
¿Cómo podemos resolverlo?
Ahora, tenemos una oportunidad para repensar las subvenciones perjudiciales a la pesca. Hace seis años, las Naciones Unidas adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): un plan compartido para la paz y la prosperidad de las personas y el planeta. El ODS 14, uno de los 17 objetivos, se centra en la vida submarina, y uno de las metas más alcanzables del ODS 14 es prohibir las subvenciones que contribuyen a la sobrepesca.
Los miembros están ahora más cerca que nunca de llegar a un acuerdo.
Si eliminamos progresivamente estas subvenciones de manera responsable, se podría controlar la pesca insostenible y las poblaciones de peces podrían comenzar a recuperarse. La recuperación de las poblaciones eventualmente impulsará las oportunidades de captura y los ingresos para los buques pesqueros restantes, permitiéndoles tener éxito sin la necesidad de subvenciones gubernamentales.
Eliminar estas subvenciones no requerirá dinero. Más bien, liberaría recursos para que los gobiernos inviertan en pesquerías, acuicultura y comunidades costeras sostenibles. Es fundamental que tomemos medidas efectivas ahora para renovar la salud de nuestros océanos y sostener a los pescadores y las poblaciones que dependen de ellos.